Dos cosas que pienso al saber que estoy viviendo mis últimos días como universitaria ya que por un lado está la preocupación, la desesperación, el martirio, la crisis económica, el estrés por los trabajos, exámenes, colegiaturas y sueño en clases.
Por otro lado está la nostalgia y los buenos recuerdos que quedarán después de haber pasado esta etapa, los amigos que conocí, los lugares que visité, los buenos maestros de los que aprendí, sonrisas, bromas, peleas que presencie y que compartí.
La universidad, último lugar de recesos, el último lugar en donde habrá bromas entre clases, confesiones, secretos, grillas, situaciones que recordaré y de las que de alguna manera aprendí algo, bueno o malo pero lo aprendí.
Y, ¿al salir?, ¿qué pasa?, pregunta tormentosa de la que no quiero pensar, tal vez lo haré luego como las tareas que siempre dejamos para el final.
La universidad, una etapa más de mi vida, pero la que hasta el momento he disfrutado, aprendido y recordaré con una sonrisa, ya que a pesar de todo esta etapa, estos momentos, no los cambiaría por nada.
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